Cuando las luces se apagan en mi cuarto, me acuesto y oigo el silencio que reina entre mis oídos y el techo o cuando me golpea el viento demasiado en el cuerpo al caminar en la noche por las calles... entonces... recuerdo.
Venía Soledad a abrazarme y Melancolía a hacerme cariño en el pelo, era lo usual. Me calmaban la interminable lucha interior.... estaba acostumbrado a la ausencia y a los grandes espacios entre amigos y yo, familia y yo. Me gustaba jugar al extraño.
Ya no... siento que otra presencia que camina conmigo como un par, un igual.
Finalmente... algunas cosas no podían durar para siempre, y otras no podian esperar más.
Gracias por esperar tanto tiempo Dani, te amo un montón...
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