martes, febrero 19, 2008


Humedal del Yeco (Mirasol)


Los parapentes


Y así pasan los días en Mirasol... Con una calma deseada, masticada y saboreada, cual delicia que satisface la sed de los anhelos emocionales.

Recargando batería... ... ...

viernes, febrero 15, 2008

Me costó caleta volver a escribir sobre este último trozo del viaje al Norte. De alguna manera hallé tantos pretextos que nunca me hice el tiempo para elegir las fotos y revivir los momentos especiales de esta osada escapada. Fue una alegría indescriptible estar con los Gomila. Siempre los llevaré en el corazón. Gracias Mau por acompañarme, por embarcarte en la difícil tarea de abrir ese hoyo negro (del tiempo y espacio) para teletransportarte hasta estar bajo un Sol inclemente, para probar la sal de la tierra y ver las ruinas de nuestros antepasados.


El Viaje al Centro de la Tierra Atacameña II
Aventuras de Horny-torrinco, Pejelagarto y Marmota


Hilando la historia

Bueno, llegamos la noche del Día 4 (Vi) a San Pedro. Lo último que habíamos visto fueron los flamencos de Chaxa y la Reserva de Los Flamencos del Salar de Atacama.

Días 5-6-7

No nos costó la verdad demasiado encontrar un hostal donde quedarnos por un sablazo de plata la noche. Commonwealth y la sua. Arreglado. Teníamos camas y había inclusive ánimo para salir a mirar el pueblito y comer algo en un restaurant cuico.

Al final, nos acostamos retarde, bien comidos, bien bebidos, me sentí todo un hobbit. Habíamos conversado, aguantado el frío a más ya no poder y estaba personalmente agotado y listo para entregarme a los brazos de Morfeo (por fleto que suene) para despertar fresquito al día siguiente.



Los Tres Mosqueperros

Nos esperaban las Termas de Puritama, camino a los géisers del Tatio. Hicimos el trip corto hasta ahí (a 10 kms de San Pedro), sin llegar al Tatio of course. Escogimos nuestra posa número UNO para bañarnos. Con cascada, matapiojos, pendejas aweonadas y todo. Espectacular tarde. Horas de placer temperado (32 grados Celcius para ser precisos). Fue como estar bajo una fuente de la juventud con fuerte olor a huevo duro (azufrado rico).






Momento Gay-Ser

Como las Termas nos tuvieron atrapados hasta las 5 or so, decidimos ir de pasadita a los Valles de la Muerte y de la Luna. Además que era el cumpleaños de Mau (Horny-torrinco) y había que celebrarlo. Las caminatas estuvieron al orden del día.

Yo casi sucumbo al poder de las Dunas que amenazan con taparnos de arena... Fue un momento en el cuál decidí probar mi estado físico y descubrí que no estaba en forma para una subida tan terriblemente brígida. Apenas llegamos a 2/5 de la duna del Valle de la Muerte y saqué una foto preciosa de la vista.

Valle de La Muerte






Valle de La Luna





Las sensaciones entre las rocas plegadas, el agua que brota en el desierto, y el contraste de los caminos excavados entre ellos es como la cachetada ardiente del Sol que despelleja la piel luego de que la temperatura ha obrado lo suyo tras un tiempo. Es un efecto de largo plazo y transformador. Exquisitamente molesto.


Como ver la foto del Volcán Licancabur. Es como si uno pudiese sentir el efecto de la tierra resquebrajándose, pero que esa corteza terrestre fuese la piel que nos cubre, o un sentimiento poderoso que nos embarga. Un trozo de mi alma entramada se seca, se aja, se abre y es una herida de la cual mana mi esencia. Es el poder del Desierto.




Volvimos a San Pedro. Salimos con ánimos de carretear y celebrar el cumple de Mau hasta las tantas horas, al menos Lagartija y yo. Orni se nos unió un poco más tarde. Porque inclusive hubo una incursión orca esa madrugada. Jejeje... Mau era el único que intentaba hacerse escuchar, la cordura era su lema.

Se suponía que ibamos a levantarnos temprano, onda ultra temprano para subir detrás de los convoys de turistas para llegar al Tatio. Los géisers. Bueno, nos despertamos tras dormitar una hora cagona y media. Con las medias ojeras decidimos en silencio mandar al Tatio a la cresta y dormir hasta que nos echaran a las 12. La incursión orca había drenado nuestras fuerzas... lo más hermoso fueron, desde mi punto de vista personal, las estrellas del cielo esa pasada madrugada junto a un lecho de un río. Lo demás fue ese drenaje poco voluntarioso de los orcos sedientos de carne fresca.

Al salir del Hostal, teníamos claro que había que regresar a Antofa a eso de las 20 hrs. El bus de regreso a La Serena salía a las 23:15. Así que teníamos que visitor las Ruinas de Tulor y el Pucará de Quitor en tiempo récord. Igual no estaba tan apretado el itinerario. Si hasta nos tomamos sus recreos en Tulor y Quitor (en la Torre de Mordor).


Camino a Tulor

Las Ruinas de Tulor


El Pucará de Quitor



Después de (i) una infinidad de fotos, (ii) mucho Sol, (iii) una subida “a lo joven” hasta la Torre de Mordor –donde la vista del Valle de la Muerte y del Salar del Atacama todo lo vale y cala hondo en el ego personal– guiados por los resbaladizos movimientos de nuestro geólogo amigo, y (iv) unas chelas al lado de esa horrible cruz tetralingüe que los católicos construyeron en ese inmenso cerro “a coté” del Pucará, abandonamos Quitor con una inmensa satisfacción de la misión lograda, sólo comparable al dolor producido por las quemaduras en la espalda de Mau. Pero esto último solamente me lo puedo imaginar.



La vista del Valle de la Muerte desde la Torre de Mordor

Sólo nos faltó tiempo para las Cavernas de Quitor, los Géisers del Tatio y las Mil y Una Maravillas Geológicas que la mente de mi geólogo amigo puede llegar a concebir en un estado de delirio creativo.

Dormimos raja esa noche en el bus de regreso a Serena. Tendríamos todo el día para pasear en Serena y Coquimbo, al despuntar el mediodía. El recuerdo de los Gomila me arropó en el bus contra el frío de la noche.


Al día siguiente paseamos con Mau en Coquimbo y en Serena. Mau me llevó a un restaurant-picada llamado El Rincón de Yenny donde hicimos honores a todos los romanos y sus dioses del apetito voraz. Más tarde caminaríamos por el Centro de Coquimbo, visitamos la Feria del Libro en Serena y unas cuantas ferias artesanales de cualquier cosa menos artesanía autóctona. En fin...

El viaje fue un acierto, y un éxitazo. Mil gracias Commonwealth, Conicyt y Marsden Grant. Gracias Mau y Rodrigo. También a Loreto, Carolina y Alfonso.

Un abrazo a todos. Nos vemos pronto... cuando menos se lo esperen.

;)


La Playa con Amigos a Trippear...


En la modernidad de las familias "freakies" y no-convencionales, la mía se pasa... es casi off chart. Henos acá, en Mirasol, compartiendo cabaña, echando de menos (como siempre lo hago, desde mi insensato, incesante perfeccionismo) a Tania y a los suyos, a muchos amigos offshore e inshore.

Mamá

La Señorita No (Romina)

Silvia, Papá y Tamara (atrás)

Y es que no hay nada mejor que estar con los que te quieren sin condiciones, que te aceptan cuando callas pero no estás ausente, porque sí, lo quiera o no... me he vuelto una marmota callada, introvertida y nerviosa... sólo se atreve a salir de su madriguera de noche, cuando sus depredadores más comunes se han retirado a la calidez de sus propias madrigueras y nidos (voz en off).






La cabaña es ultra cómoda. La piscina es increíblemente larga. O sea que he vuelto a brazear y nadar. Pa' qué decir, volveré a tostarme con el bendito Sol.

Justo antes de venirme, me junté con mis primos Yoana y Cristián. Hacía tiempo que tenía ganas de estar junto a ellos. Supongo que esas vibras complementarias que existen entre nosotros, primos que nos parecemos tanto, que nos amamos tanto y que nos entendemos tanto, son la esencia misma de lo que echo de menos cuando estoy en el "otro lado". Maré.

(suspiros)


Por suerte, me río a mis adentros más de lo que pensé podría reír. Cada momento se vuelve en un recordatorio de lo que tengo y que no tendré por un tiempo. Es lo que pagamos por lo que deseamos. A todos nos pasa de una manera u otra. La felicidad está, sin embargo, siempre a mano... es una cuestión de actitud.

Cristián está terminando escenografía para el Festival de Viña. Yoana se recibió de psicóloga.

También visité a Tania y a Claudio. Los niños estaban durmiendo así que fue una de esas veladas de conversación, chelas, papas fritas y maní salado, historia, interpretaciones, lágrimas y cálidos abrazos de despedida.


Cristian y Eduardo... El moai del Festival

Saludos a Lagartija (+familia) y Pamela, Horny-torrinco y Angela, Camilo (+familia), Pedro y Carla, Tamas (+ la tesis), Hans (+ los papeles pa' la visa a NZ), Claudio Casttle (y el año de fiel lectura a un blog bizarre).

Y un agradecimiento profundo a todos los tramoyas que trabajaron para que esta obra viera la luz de las pantallitas de lcd o la de los rayos catódicos reventando en el fondo de una ampolleta amorfa.

Así de verá el mundo cuando se acabe...

Ah... y me pelé al cero otra vez... la pelada brillante is back...

jueves, febrero 07, 2008

Me he imaginado muchísimas veces escribiendo mis sensaciones en papel o en pantalla, con una inmensa satisfacción que produce un trabajo bien hecho. A veces sin embargo, las cosas sólo pueden ser tan buenas como inexactas las palabras, frases, analogías pueden ser. Incompletas, insatisfactorias. Las fotos ayudan un montón. El resto... bueno, eso siempre queda prisionero en la dimensión de las sensaciones personales.
-Fin del Prólogo




El Viaje al Centro de la Tierra Atacameña
Aventuras de Horny-torrinco, Pejelagarto y Marmota

Días 0-1-2-3 (Lu-Ma-Mi-Ju)

Todo partió semanas atrás, en una furtiva conversación de chat en el MSN. Rodrigo (Pejelagarto) decidió dejarme un mensaje offline y yo agarré papa. Le escribí al toque y le confesé mis planes de sorprender a mis papás en Enero. Los pasajes fueron comprados la semana siguiente. Le había dicho a la Iguana Escamosa que iría sí o sí a verle antes de que él partiese a las frías tierras germanas cerveceras.

Las promesas se transformaron en una realidad vertiginosa cuando le mandé un mensaje vía celular a Mau (Orni Horny) invitándole al Norte por una semana, destino: San Pedro de Atacama.
Luego de breves litigios de ese mismo día Lunes, compramos pasajes de bus semi-cama para temprano el Martes, llegaríamos en la tarde a Coquimbo y tomaríamos el bus de la noche a Antofagasta.

Nos arreglamos un almuerzo
fast and furious (pero sabroso) en el departamento de los papás de Platypus, y pescamos las cosas para viajar hasta la tierra de los Dragones de Komodo, no sin antes capturar ciertos íconos de Coquimbo que llamaron mi atención. Consejo útil para viajes en el futuro: NO TOMAR BUSES DE TURBUS.

El departamento de los papás de Mau (Héctor y Sonia)

La mezquita de Coquimbo

Los "pieles rojas ecuatorianos"... pfff

Llegamos tempranito a Antofagasta y buscamos en los Rent-a-Car por un arriendo conveniente para nuestro presupuesto (Commonwealth lo llamó Mau). Fue una pérdida de tiempo inútil, como lo son la mayoría de las pérdidas de tiempo. Aprendí lo difícil que a veces resulta aceptar lo obvio: las cuentas de Bancos Internacionales tienen sus limitaciones. A veces tienes la plata pero igual no puedes acceder a ella.


Tío Alfonso y el negocio de empanadas

Nos recibieron ultra bien en casa del Gecko Repugnante. Creo acertar en esto: cualquiera que conozca a Loreto, Alfonso, Carolina y Rodrigo, irremediablemente, les entrega en su corazón uno de los sitios donde el amor abunda y florece. Siempre un agrado, siempre una alegría que en lo personal me hace olvidar muchas malas cosas, y a la vez, que me gusta compartir con otros verdaderos amigos (con el pone-huevos-exhuda-leche, en este caso). Creo que fue una acción buenísima.


Nos dispusimos a celebrar como correspondía tal magnífico evento amistoso. Chelas, vinos y empanadas. Conversaciones fluyeron y las risas se regalaron, para la bienaventuranza de los que hemos vivido entre ex-caníbales los últimos meses. No es un comentario fuerte, la intención más bien es recalcar la disparidad. Un contraste de gamas humanas que he aprendido a estudiar, amar y a odiar, en medidas iguales.


Carola jugando con el lente 70-300

Lo pasamos de pelos. Aún con ene impases, Tío Alfonso se consiguió la camioneta. Teníamos todo lo que los atrevidos necesitan para adentrarse en las aventurosas y áridas extensiones del Desierto. Los consejos de padre hicieron darme cuenta de que las manifestaciones de amor a veces son posesivas, ultrajantes y extremadamente hermosas. Sólo, que a veces nos cuesta reconocer a primera vista las fuerzas poderosas que actúan detrás de ellas. Ese afecto no se transa. A la tarde siguiente estábamos en marcha hacia Baquedano-Salar de Atacama-Laguna de Chaxa-San Pedro de Atacama.


Día 4 (Vi)

El Viernes a eso de las 3 p.m. estábamos camino a Baquedano. Paramos ahí por un almuerzo rico en proteínas, verduras y moscas. El itinerario era recorrer lo máximo antes de llegar en la noche a San Pedro.



Rodrigo nos mostró el Salar de Atacama, bajo esa mirada del geólogo enamorado por las rocas, el paisaje y el Sol.

¡¡¡Fatality!!!

Los vaqueros del Desierto

"¡Marmota!" "¡Lagartija!"




Aprendí de inmediato que no era raro pasarle la lengua a las piedras. Cada mezcla de elementos ha de tener un sabor diferente.


Mmmmh... así sabe la sal al natural

Cristal de sal

Agua en medio del desierto


Nos jugábamos muchas bromas en la camioneta. Ya fuesen estas sobre las fotos, el nuevo set de parlantes, las tormentas de arena, o simplemente, sobre aquellas ideas locas que asaltan la mente de los hombres que se sienten libres y capaces de atrapar un momento de felicidad, de auténtica camaradería.
Me maravillé con la fuerza con que las plantas, líquenes y algas proliferan en nuestro desierto chileno. Sobre esa no-tan-frágil base, viven insectos y aves.


¡¡¡¡Arbustos en medio del Desierto más seco del mundo!!!!

Los palomos del Desierto en el ocaso

Los flamencos de Chaxa, constituyen un verdadero placer digno de observar. Las cámaras pasaron de mano en mano, todos queríamos plasmar recuerdos a nuestra propia manera. Mau me enseñó más trucos de Fotografía. Aún tengo muchísimo que aprender, entendí.



Esa noche llegamos a San Pedro. Habíamos cruzado el Salar de Atacama, una tormenta de arena, y muchos dolores personales los dejé momificándose en pleno Desierto. Entre verdaderos amigos a veces no hacen falta palabras... la sola presencia de ellos tiene un efecto curativo.
¡Salud por eso!

Como una viñeta de Asterix & Obelix


Continuará...