Bien bien... por dónde comenzar? Por la pantalla azul del otro día? Sí, parece una excelente idea.
Tras revisar someramente el PC el día Jueves en la mañana, el socio computín Dylan, me dió el veredicto fatal: tu computador, Felipe, está a medio morir saltando así que llamaré al técnico de Dell (sonido de un pedo sonoro en mi imaginación) para que te lo venga a arreglar. Seguramente vendrá mañana y ahí veremos.
Acto seguido, agarré mis pilchas, mi bici y salí a pasear por la ciudad, me acordé de que Alex me había pedido que fuese a buscar un pedido a la tienda R+R Sports en Karangehape Road (más conocido acá como K' Road). Me pasié en bici y a pata por K' Rd y saqué algunas fotitz.
El paseo por K' Rd me hizo entrar en calor, el Sol estaba exquisito, haciendo ebullir los poros de mi piel. El encargo de Alex no había aún llegado así que las fotos fue lo único que adquirí de K' Rd, en la noche del Viernes volvería al local Descarga Cubana para probar mi suerte con la salsa y mi mala suerte con las piñas coladas (pero eso ocurrió el Viernes en la noche).
Bueno, pero no hay que perder el hilo del relato, mis queridísimos lectores. Volví a mi casa por el seguro camino que cruza por el Viejo Cementero de Symonds Street (cri cri... cri cri...). Es un cementerio sobre el cual se construyese el puente que cruza una de las tantas carreteras que cruzan Auckland.
El camino de la Vida es largo y duro (parafraseando a Pedro siguiendo el manual de Carreño)
Aquí yacen los restos de un estudiante de PhD
Dios, los colores, Dios... qué colores!
El camino de la Muerte (o el de la Vida cuando se llega al final)
Fascinante es que algunos materiales resisten menos que otros
(mensaje biológico-filosófico)
Aun los muertos reciben protección UV
Cancha de baby con arcos compuestos de tumbas (Awesome)
Cancha de golf nocturna con obstáculos (Bizarre)
Dónde vives?
Al lado del cementerio.
Nice...
Bueno, pero no hay que perder el hilo del relato, mis queridísimos lectores. Volví a mi casa por el seguro camino que cruza por el Viejo Cementero de Symonds Street (cri cri... cri cri...). Es un cementerio sobre el cual se construyese el puente que cruza una de las tantas carreteras que cruzan Auckland.
(mensaje biológico-filosófico)
Cancha de golf nocturna con obstáculos (Bizarre)
Al lado del cementerio.
Nice...
Al llegar a casa me dispuse a disfrutar de la tranquilidad de la incomunicación provisoria. Me puse a trabajar en el marco teórico de la tesis por un impulso que nació tras diseñar un aparato para probar si los cuervos aprenden procedimientos (una acción específica tras otra) a partir de observar a otros cuervos (conespecíficos). Estuve recapitulando Biología del Conocer hasta las 1 de la mañana. La energía la obtuve de una siesta que me tomé cuando llegué a casa.
Los objetos iluminantes
El Viernes me quedé en casa, seguí trabajando en lo mío, mientras enganché a Alana (los Viernes no trabaja) con la serie Firefly. La dejé mirando la serie a eso de las 5 y media de la tarde, tenía que asistir al magno evento: la primera cena jamás celebrada con todo el team del Lab (wooooow). Fuimos al restaurant Cheema en un pasaje que da de lleno a Victoria Street, al salir de Alberta Park, cruzando el campus y el parque.
Por reservar una mesa, nos darían 15% de descuento. Se demoraron 1 hora y unos minutos más en servirnos la comida, que estuvo genial. Aun cuando se demoraron tanto, no pude dejar de notar que al menos la mitad de nuestro pedido fue cocinado en otro restaurant y que nuestros anfitriones la mandaron a hacer. Nos reimos bastante con todos los asistentes: Thomas y Motoko (su señora japonesa), Hellen, Simon, Robert, Jenny, Roland y su servidor. Roland llegó más tarde porque andaba pescando en el mar con sus compañeros de trabajo. He ahí el porqué terminé a las 10 de la noche en mi casa encima de la pelota y con un pez por destripar y desescamar.
Terminando la faena (ya no tan encima de la pelota (aún pésimo pulso Alana)
Por reservar una mesa, nos darían 15% de descuento. Se demoraron 1 hora y unos minutos más en servirnos la comida, que estuvo genial. Aun cuando se demoraron tanto, no pude dejar de notar que al menos la mitad de nuestro pedido fue cocinado en otro restaurant y que nuestros anfitriones la mandaron a hacer. Nos reimos bastante con todos los asistentes: Thomas y Motoko (su señora japonesa), Hellen, Simon, Robert, Jenny, Roland y su servidor. Roland llegó más tarde porque andaba pescando en el mar con sus compañeros de trabajo. He ahí el porqué terminé a las 10 de la noche en mi casa encima de la pelota y con un pez por destripar y desescamar.
Sally llegó borracha esa noche (me saludó con un abrazo) y Alana no paraba de reírse de ella. Las locas se pusieron a bailar mientras yo peleaba con las espinas de mi pescado. Me convencieron de salir a bailar. Obviamente salimos... he ahí la experiencia de la Piña Colada más mala de la historia de Cuba en el extranjero.
Bailamos como pirinolas hasta las 3 de la mañana. Hoy en la mañana, su par de Paracetamol y mucha agua. Acá de nuevo reportando.
Besos, cuídense, hasta la próxima.
Bailamos como pirinolas hasta las 3 de la mañana. Hoy en la mañana, su par de Paracetamol y mucha agua. Acá de nuevo reportando.
Besos, cuídense, hasta la próxima.
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