domingo, marzo 30, 2008

Shabadran - El regreso de los Más Atrevidos


Podría decirse que hemos subido el Everest o el K2. Se siente magnífico poder llegar a esa playa hermosa luego de una larga marcha de un poco menos de 3 horas. Algo así como un pestañeo del viaje de Frodo y Sam a Mordor, con tirada de anillo y todo (quizás hasta con pérdida de dedo).










Zapatillas rotas, zapatos des-suelados. Rasmillados, heridos, cansados, agotados, felices por un logro supremo de voluntad y de un disfrute sin igual en el jacuzzi natural en la Playa de Shabadran.

Creo que estoy soñando.

Espero no despertarme.




jueves, marzo 27, 2008

Napo... León... i... zu... Re... Mora

Fotos de un pez Napoléon con su remora, en Ro.





Todo puede ser...

Ya me imaginaba esta conversación tantas veces. Una medio triste, honesta, pero con esa tenue amargura que ensombrece todo dolor que ha pasado y que nos ha dejado marcas en el alma. Y es que uno desea tantas cosas, pero debe por el contrario siempre aprender a desaprender desearlas.

En esta conversación tú me explicabas las razones de tu sin-razón, de tus molestas discusiones internas, de esos miedos terribles que amenazan con quitarte una felicidad que todos elegimos creer nos pertenece.

Y ese miedo que creo reconocer en tu mirada me saluda con ironía. Es un recordatorio constante de que no me pertenecen más que las horas que pasamos juntos, y que soñar despierto no es una opción para los hombres que desean amar libremente y hacer libres a los demás en ese amar.

Ojalá no pase nada que te borre de pronto, ni que me lleve luego la muerte...

No quiero luces cegadoras, canciones para tocarte, menos amarte con los ojos cerrados. Quiero sólo todo aquello que me tocará contigo vivir, y nada más... y siempre hacerte libre al amarte.

¿Qué más pudiera un hombre que ama libremente desear?

miércoles, marzo 26, 2008

Resumen Marzo

Alice Rossi

Llueve y llueve en Maré. Truena y truena, relampaguea y relampaguea.

Ni un experimento ha sido posible de llevar acabo. Supongo que no debo alegar, he podido disfrutar del mar de pecas de Alice, y ahora me preparo para escribir mi manuscrito sobre cuervos y espejos (por favor, no divulgar a la competencia) mientras el tiempo consume mis horas de trabajo en la jungla.

Las picaduras de las hormigas de fuego han sido terribles. Espero poder acostumbrarme, sino pereceré de nervios (porque no cesan de picar, especialmente cuando sudo).

Y el mar de pecas

lunes, marzo 24, 2008

Chez Alice.. fue la comilona












Como nunca he sido un hombre de medias tintas, debo decir que durante este fin de semana largo no hice nada cuervo-like.

Estuve con Alice todos los días.
Ha llovido como si tirasen el agua con balde, a veces te llega a despertar a eso de las 3 de la mañana, y ahí te quedas con los ojos como huevo frito mirando el techo y oyes como la lluvia martillea inclemente las planchas del techo.

Mi pieza se inundó estos días, por medio de la
multiplicación de la goteras. Pero como no estoy durmiendo más ahí, no he sufrido de las goteras ni de sábanas o frazadas mojadas con agua de lluvia. Las tallas sobre haber hecho lo correcto en el momento correcto, me han llovido cuando converso con Rob o Alex.

Bien, supongo que durante esta semana dejará de llover, aunque los pronósticos meteorológicos no son muy favorables. Mientras tanto, me acomodo a una vida nueva en Maré, con más amigos, más francés y una hermosa polola.


¡Buenas Noches!

Pronto se viene el Karaoke... en Maré.



viernes, marzo 21, 2008

Flotas en el cielo... y es tan fácil alcanzar al Sol, porque ya no pesan los pensamientos ni existen las tensiones.

Es increíble lo que hace el amor.

jueves, marzo 20, 2008

Rob en Maré, tras un arduo día de playa

Sobre tortugas, tiburones y una sirena


¿Qué tal?

Yo, un poquitín quemado en los hombros y la frente. Ayer nadé junto a un tiburoncito de aleta blanca (sí, la misma especie de los que se comieron a la enfermera en Lifou) fuera del arrecife en Mebuet.

Alice (La Sirène) nos invitó a ver a las tortugas marinas en la playa más grande de Mebuet, donde está la red de voléibol puesta. Armados con aletas y snorkels nos adentramos Valérie, Alice, Robert y yo en el mar. Perdí mi virginidad del arrecife, por así decirlo, en el preciso instante en que atravesamos la falla que cruza el arrecife de coral y una inmensa columna de agua se abre debajo de nuestras vientres, y el azul es tan profundo y claro, que puedes ver los peces en el fondo (a unos 20 metros aprox. de profundidad).

Las tortugas marinas se aparecían por los costados de los acantilados submarinos multicolores de coral que estaban al alcance de la mano y las aletas, y que se perdían en el fondo lleno de vida. Las seguíamos, nos daban esquinazo en pocos minutos.

Vimos tres tortugas. Al final sólo quedamos, la sirena y el propio, nadando tranquilamente, buscando nuevos bichos marinos de interés. En eso me doy cuenta de que un tiburón nada muy cerca de mi, pero alejándose. Estaba a como 6 metros de profundidad, y unos 3 metros de distancia horizontal (sobre el nivel del agua). Al principio me dió julepe. Nadé a lo alto del coral y me paré y le señalé a Alice el tiburón. Apenas nos juntamos fuimos detrás de él.

Alice se sumergió unos metros para intentar tomar un video del tiburón en el fondo del mar. Se había sumergido y estaba nadando como si fuese lo más natural del mundo tener aletas y unas fauces llenas de líneas de dientes aserrados. El animal era magnífico. No más de 1,5 metros de largo (muy pequeño). Se perdió en el fondo, a lo lejos. Nosotros nos devolvimos a la playa, y pasamos una tarde maravillosa entre amigos en casa de Valérie.

... y colorín colorado, este cuento se ha acabado

miércoles, marzo 19, 2008

Pensamientos varios

OK, la primera semana está a punto de alcanzar sus últimos dos días, y ha pasado de todo.

Ayer pasé una mañana de mierda. Me había levantado como es norma a las 6 am y ya a las 7 am estaba weviando en la jaula de los pájaros, cortando ramas a sus alrededores para perchas recibiendo estoicamente una mordida tras otra de las salvajes hormigas liliputienses de fuego (que ha todo esto ahora gatillan en mí una reacción alérgica de puta madre) y demases, lo típico que cada alumno de doctorado hace en sus mañanas de Lunes, y en eso, me empezó una fiebre del orto. Naúseas, fatiga extrema. Me senté a esperar que el malestar se pasara.

No había casi ni comido desayuno aparte de un bol de cereales con leche. No podía ser estomacal. Como pude me levanté, alimenté a los cuervos a medida de que el día se interrumpía cada vez más seguido al cerrarse abruptamente mis ojos. Caminé hasta el auto. Lo prendí.

Manejé con extra cuidado. Iban a ser las 9 am. Nadie andaba por la carretera. Por suerte, porque casi me desmayo en el auto mientrras conducía. Pa'l chico. Llegué a la casa gracias a la intervención de las circunstancias que no siguen ningún diseño inteligente (¡creacionistas, bah!) y me estrellé literalmente contra el sofá. Puse un vaso de agua a mano y una palangana por si las invocaciones a Guajardo.

Nada. Todo negro. Recuerdo despertar algunas veces. Sentir el sudor y el sin sentido de la fiebre maricona en un clima tropical sin aire acondicionado. Dormí y dormí. Pensé varias veces en que Papá seguramente me hubiese arropado para aumentar la traspiración y así quemar la fiebre.

Desperté. Estaba aturdido. Miré el reloj, y reconocí las 13 horas. Solamente cuetro horas de sueño tumultoso. Me levanté y no quedaban vestigios de naúsea ni de fiebre.

Más tarde comentaría el episodio a dos personas distintas. Ambas pronunciaron la palabra dengue.

No lo creo. Ni aún en su versión más chasquilla el dengue me hubiese soltado tras 4 horas de sueño, y 6 horas de fiebre.

Otro misterio más del baúl de las cosas freaks que me han pasado en la isla. Recuerdo bien, haber terminado esa tarde machacando ramas para nuevas perchas. Como si nada me hubiese interrumpido en la mañana. Y no me volví a sentir mal.

Llegaron Alex y Robert a la isla.

Robert es primerizo, pero me encantó que dijese que no podía creer la belleza del lugar cuando la veía. Casi como en un ensueño.

Tomás me dijo que todos (nosotros, los hombres) tenemos una mujer dentro de nosotros. Y creo que su voz se ha hecho más clara y poderosa en los últimos días. Las turbulencias del pasado están lejos. El trabajo se podría volver más y más llevadero. Una promesa de karaoke por aquí, una invitación a cenar acá, todos a Shabadran el domingo ¡hey!, y otras también... más anónimas. Más cagativas podríamos decir.

No me quejo. Estoy mejor que nunca. Más compañia alrededor es siempre bueno para el alma de este autor.

Hoy debería haber aceptado la invitación a quedarme en su casa... los chicos me esperaban en casa, el encargado de las bebidas pa los copetes de bienvenida, debía pasar a comprarlos sin demora y recibir como se corresponde a Robert. Quise quedarme. De veras.

Y aún así, la decisión correcta de cumplir mi palabra con mis amigos me pareció detestablemente errónea. ¡Rayos... termina mi 5to día en la isla!

Hasta mañana...

Fin... de semana largo... se viene...

domingo, marzo 16, 2008

15 y 16 de Marzo

Eni, la punta es Cap Washoc

Acabo de tener los pensamientos más extraños de la última semana, como si recién el asombro de un misterio revelado se volviese un placer imparable, un descubrimiento que no es tal, sino una casualidad natural... algo así, como cuando un bebé descubre el placer tranquilo que le provoca chuparse el pulgar de la mano.

Pues bien. Pensaba, ¿qué hace que las personas abran sus hogares a un extraño? ¿Qué mueve a una persona el compartir aquellos lugares especiales de Maré, que le son propios, silenciosos, cadenciosos, inalienables, con alguien a quien apenas conocen?

No puedo evitar una sonrisa mientras escribo esto.


Me encanta la fuerza de sus ojos. Y su sonrisa. Podría quedarme toda la tarde observando al viento marino jugar con sus cabellos, mientras su mirada se pierde en la fuerza con que se mueven las olas y vuelve a mí con esa certeza de que estoy en el lugar correcto, sentado en los acantilados de Eni, con ella. Como cuando te acuestas en tu posición favorita, y todos los músculos reposan en la quietud del relajo que se lleva toda intención de movimiento tu cuerpo.


En su compañia me siento bien, en el lugar correcto, en el momento correcto. Tan
bien, como con la playa, la brisa, las duchas saladas de las olas que se suben por los acantilados en columnas que buscan tocar a las nubes.

En Maré, conocí a Alice.


Creo que es un buen augurio, si por medio de los Zickgraf he podido conocer más personas no-tan-parisien/ne, significa que la vida social surge sí o sí cuando hay afecto, y se disfruta la compañia mutua.


Y esta noche la Luna, cubierta por un velo de nubes, alumbra el horizonte en Pedé... en dirección a Chile. Y nada puede hacer que me sienta más vivo y menos dormido.


Los quiero muchísimo.

Felipe

El fósil corralino

jueves, marzo 13, 2008

Maré... volví

La cara de Josefa... o algo parecido

Cristina con Luisa

Oh Gecko, Oh Gecko... ¿me echaste de menos?

¡¡¡Primo, lo logramos!!!

Con una langüeteada de vaca me recibió el clima húmedo de Nueva Caledonia. Venía más hinchado que pelota de hule de parque de diversiones, de esas de colores chillones y de rebote generoso, ideales para jugar con los niños en la piscina, y no tuve mucha paciencia para lidiar con los zancudos que me empezaron a comer vivo dentro del transfer. Miro la hora, son las 03:42 a.m. La hora del happy hour mozzy, 2x1 garantizado. ¿Por qué no traje repelente?

[Aclaración: mozzy = zancudo]

Bien, en el aeropuerto de Auckland fuimos los pasajeros del último avión, en Noumea los primeros en llegar. Malditos mozzies, imposible escribir ahora, continuaré más tarde.

...

Es de noche. Finalmente en Maré. Cenamos y ahora es hora del tuto largo. Igual es re-temprano, pero da igual porque la siesta de 3 horas de la tarde no da abasto para cubrir el sueño producto de 26 horas de vigilia desde la última mañana en Auckland. Son las 21:30, mi pieza huele a cloro y a limpieza a conciencia. Todo el día limpiando un poco la casa, especialmente la cocina y mi pieza.

Mañana Alex va a la gran ciudad, Noumea, para tomar un avión a Auckland el 15 de Marzo. Va a hacer una clase. Su primera. Está nervioso pero sé que le irá pulentito si logra bajar las revoluciones y hablar más lento.

En fin, estaba en lo de la humedad. Chuatas, me estoy aclimatando de nuevo, como si no hubiese jamás estado en la isla. Sudo increíbles cantidades de agua durante el día. Pero nada me ha podido sacar la sonrisa de encima. Definitivamente, pilas bien recargadas me traje de Chile. Espero duren harto y que el ánimo no me abandone.

Ventilador a todo chancho en la pieza, zancudos fuera de la pieza gracias al mosquitero que Gavin instaló en mi ventana, pero tengo el repelente encendido por si los zancudos. Todo bien, gracias por el mail primo, te estoy respondiendo al toque para los detalles en privado. A todo esto, éstas mirándome a los ojos desde la pared, sobre el escritorio, donde dejé tu autorretrato, así que estás aquí conmigo en la Isla de la Fantasía. ¿Qué mejor podría estar? Jejeje...

Bueno, más noticias pronto... desde el lugar de los hechos, la isla de puta madre, desde el doctorado de puta madre, vuestro amigo, hermano, sobrino, nieto, primo e hijo,

Felipin pirin pinpin

FOTOS PLAYA DE LONG BAY
(cerca de la Wale)

Los buscadores de tesoros

Otros animales

Sand pipers.

Pedazo de árbol

La playitz y los amigos

Pukeko. Y unos patos.

Gringo pantruca

Niños en la playa (colegio)

Su momento kiwi

Wale y Camilo