Ufff... ayer trabajé como un chino en la casa. Aportando unas ideas locas en un bosquejo experimental de Alex.
Practiqué más movimientos de malabarismo con pois hasta que me aplasté los cocos con las soberanas bolas. Auch! Entonces, en mi afán por hacer de la casa un lugar más ventilado abrí unas cuantas ventanas y ventanales. El aire entraba helado... qué rico!!!!
Y en frente de mis ojos estaba la más brígida de las pugilistas naturales. Inclusive llegué a pensar que era la misma de hacía semanas atrás ya que estaba al igual que esta vez apoyada en el envés del respaldo de la silla de plástico en el jardín (no sé si subí las fotos que saqué esa vez, pues eran pura basura).
Se dejó fotografiar, contenta por la idolatría pura del biólogo con cámara fotográfica charcha (lo cual implica siempre sacar muchas más fotos de las que uno quisiera, para asegurarse una buena, plop!).
Antes de terminar la sesión de fotos, hice un corto, con mi dedo provocador irritándola un poco, es una mantis brígida de grande.
Cuando cayó la tarde, me sacaron a correr por Sandringham. Corrí unos 30 minutitos. Dejé a mi socia pagando atrás, muy atrás.
Increíble vivir en una ciudad donde de hecho se puede correr en la calle sin tener que terminar con los pulmones cargados con centígramos de material particulado, o sea, que se pueda disfrutar como una experiencia completamente sana.
Hoy las piernas duelen un poco.
Adiós, hasta pronto!
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