domingo, diciembre 02, 2007

Post raro

El mundo se mueve repentinamente frente a sus ojos, un cuadrado de lo que está detrás, en su cara y en la mente de los demás.

- ¿Qué quieres que haga con el espejo? -le dice ansioso.

- Relájate primero, respira profundo y cierra los ojos. Deja que el cuerpo se relaje y mientras tu cuerpo se vuelve cada vez más y más pesado, abres lentamente los párpados y miras hacia el espejo... de a poco dejas ir las ansiedades, los deseos, y el foco de tu mente se dispersa en la habitación... no hay propósito, no hay futuro, y tampoco pasado, eres ahora y solo en este instante... ahora... dime, ¿qué ves en el espejo?

- Ilusiones.

- Explícate.

- Veo la carne de mis mejillas, veo mis ojos y el brillo que oculta mis pupilas. Mi barba tan distante y diferente. Pero a la vez tan propia de mi reflejo que no me reconocería sin ella. Todo, absolutamente todo... una ilusión no obstante. Yo no soy ese reflejo. Yo soy otra cosa. Tú quieres que yo me vea a mi mismo, pero no me encuentro aquí. Yo no puedo verme en el espejo. No sé qué quieres que vea...

- Quiero que me digas a quién ves sino a tí mismo.

- ¿Te has alguna vez sacado una foto que luego miras transcurrido un largo tiempo, y no puedes creer lo diferente que te ves de lo que recuerdas que te sentías? Como si la imagen no cuadrase con tus recuerdos o como si te sorprendiese que te vieses de otra manera de lo que recuerdas que te veías. El espejo es un intento de situarme frente a mí mismo, pero no puedo identificarme porque no tengo memoria de ver la ejecución de mis actos desde una perspectiva distinta a la mía. No me pidas que me identifique con algo que no soy. Yo no soy la visión de mi reflejo.

- ¿Qué te gusta de lo que ves y qué no?

- Y dale. Te digo que este no soy yo. No necesito verme en el espejo para responder tus preguntas. Nunca me he dormido tras el volante. Siempre he tomado decisiones en conciencia, yo siempre me he sentido dueño de mis acciones. Las cosas no me "han pasado"; he ido tras ellas o las he dejado ocurrir, he dejado que me afecten, las he tomado conmigo, las he hecho parte de mí mismo. El espejo no me dice nada de esto. Son los recuerdos los que me hablan, no esta imagen. Ellos hablan desde la experiencia. La imagen me habla desde la vanidad o la estética.

El espejo es removido. Una cara obviamente molesta le dice a la otra:

- Muy bien entonces. Usa tus recuerdos. Me dices que tus recuerdos te otorgan identidad, tu experiencia esculpe tu verdadero rostro y que este no puede verse en el espejo.

- Exacto. ¿Puedes realmente decirme que basta con ver el rostro de alguien nuevo para saber de lo que realmente está hecho? ¿Es una buena o una mala persona? ¿Es categoría A, B, C o D? No. Lo miras actuar en el mundo. Sus actos hablarán por ella o por él. Su cuerpo te contará sus secretos. ¿Por qué su andar es brusco o confiado, relajado?

- Bien, te entiendo. Si tú crees en todas estas cosas... ¿Por qué estás aquí?

- Ahhhh... excelente pregunta. Pues, porque deseo que los demás (los que importan en cada instante) vean más allá de tu espejo. Vean no solamente las acciones sino las potencialidades... Descarten la ilusión instantánea. El vuelo de una ave es mucho más espectacular si se ve con los ojos, en movimiento, que si se ve un set de fotos. Yo no soy esa porción del mundo que me mostraste con tu espejo. Esa es la ilusión. Yo no sé cómo mostrarle a los demás que la ilusión es lo que los hace infelices. Estoy aquí porque necesito esta experiencia, necesito recordar tu molestia, tu espejo y tus intenciones sinceras para realizar una autopsia de mi mente.

- La mayoría del tiempo la gente a tu alrededor juzgará en base de las "instantáneas" que tomaron de tí. Así funcionamos, para cumplir plazos y respetar el acuerdo, el consenso de la población, tácito o no, sobre lo que debes y no debes hacer.

- Y tú los ayudas a sobrellevar esa ilusión. Entiendo el rol que cumples. Pero me pregunto si crees en lo que haces.

- A veces sí, a veces me siento perdida. A veces finjo.

- Diablos... yo jamás seré mi reflejo. Me podré mover como él, podré parecerme a él, incluso podré usarlo para mirar detrás de mí, pero jamás dejaré que ese "otro" sea yo. Prefiero creer que los demás saben lo que soy y lo que no soy cuando me tocan, me abrazan, me oyen y cuando no me ven, cuando estoy ausente pero logro actuar a distancia. Quiero que creer que la gente me recuerda más cuando no estoy. Entonces, pienso, dejarán de prestar atención al mero reflejo. Me verán por medio del espacio que llené en sus vidas, por las experiencias que hemos vivido juntos. Nada de esto, jamás vivirá en el espejo, jamás vivirá en las fotos. Yo soy en el recuerdo de los demás, y de una manera distinta de lo que soy en mis propios recuerdos, de modo que no hay forma de juntar ambas experiencias y fundirlas... He ahí, que tu espejo se queda corto... muy corto.

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