
En el fin de mis días veré el océano
tal cual, espero, como vi la vida bullir
con hermosas olas alegres
danzando, atrapadas en tus ojos
y sentiré de nuevo,
esa juventud que nunca fue mía
sino para observarla en otros
En el fin de mis días veré
que mis manos no las sostiene el vacío
sino una mujer de carne y hueso
mis lágrimas secarán mis océanos personales
ahogaré Melancolía
y en el instante en que habré de partir
me sumergiré una vez más en tus ojos
Una, y mil veces más...
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