Estoy escribiendo desde la casa de Hans en Auckland, afuera hace frío y a mi lado están mis buenos amigos, el calefactor a gas y Dr. LazloPalio roncando, despavilando, roncando, despavilando, etc.
Ayer comenzó mi semana de visita en Nueva Zelanda, y pretendo cumplir los dos propósitos de mi viaje: que me vean el cirujano de manos y tomarme exámenes EMG de los dos brazos, junto con asistir a un Simposio en Honor al Michael Corballis, un psicólogo animal kiwi de buena reputación que se jubila. En fin, habrá eventos importantes y choris a los que asistir.
¡Ah! Estoy escribiendo desde mi laptop reparado, lo cual es la rajuela porque podré volver a trabajar sin molestar mucho a Alice en casa (estaba usando su laptop estas semanas desde la panne del pc), cuando vuelva. Posiblemente me compre un pc para mí, a fin de evitar desastres en el futuro como estar en medio del Pacífico Sur, intentando hacer funcionar el único pc que tengo tras sufrir una invasión de hormigas kanak en la placa madre. Al menos tendré un pc de respaldo y no necesitaré poner en pausa mi ritmo habitual de trabajo.
El momento más pulento de la semana fue cuando le hicimos la sorpresa a Alice, Sam, Clemence y yo. Resulta que hace meses decidimos sorprender a Alice, con la venida no anunciada de su hermano a la isla, Sam.
Fue pulentísimo, totalmente emocionante y arrebatador. Pasé a buscar a Sam y Clem (polola de Sam) a La Roche y los llevé a casa para organizar la sorpresa. Sin embargo, Alice ya estaba en casa, había vuelto temprano de trabajar. Bueno, nos estacionamos pasado la casa y acordamos que los iba a dejar entrar subrepticia y sigilosamente a la casa por la puerta trasera.
Llegué a casa y le dije a Alice que le tenía una sorpresa pero que debía taparle los ojos con una velo. Bien, aceptó y dejé entrar a Sam y Clem a la casa y los senté en la mesa, al frente de Alice. No hicieron en menor sonido, por lo tanto la sorpresa fue total cuando le quité el velo de los ojos a Alice. Los hermanos rompieron a llorar y fue una sensación increíble ver esa felicidad sorprendida, un evento que no terminas por creer que ocurre, los abrazos y las sonadas de mocos. Definitivamente, valió la pena las mentirillas de 3 meses para hacerle ese regalito a Alice.
Están súper contentos en la isla, y espero que estén nadando en cálidas aguas mientras acá en AK soplan vientos fríos invernales. Un beso a mi pierna, a Sam y a Clem. Disfruten.
Bien, me pondré a trabajar. Estaré llamando pronto a casa, a Mamá y Papá.
Como no traje mi cámara en esta ocasión, no habrán fotos de AK en esta ocasión. En todo caso, las hay de Julio acá abajo, donde se ven otras maravillas escondidas de la isla de Maré.
Ayer comenzó mi semana de visita en Nueva Zelanda, y pretendo cumplir los dos propósitos de mi viaje: que me vean el cirujano de manos y tomarme exámenes EMG de los dos brazos, junto con asistir a un Simposio en Honor al Michael Corballis, un psicólogo animal kiwi de buena reputación que se jubila. En fin, habrá eventos importantes y choris a los que asistir.
¡Ah! Estoy escribiendo desde mi laptop reparado, lo cual es la rajuela porque podré volver a trabajar sin molestar mucho a Alice en casa (estaba usando su laptop estas semanas desde la panne del pc), cuando vuelva. Posiblemente me compre un pc para mí, a fin de evitar desastres en el futuro como estar en medio del Pacífico Sur, intentando hacer funcionar el único pc que tengo tras sufrir una invasión de hormigas kanak en la placa madre. Al menos tendré un pc de respaldo y no necesitaré poner en pausa mi ritmo habitual de trabajo.
El momento más pulento de la semana fue cuando le hicimos la sorpresa a Alice, Sam, Clemence y yo. Resulta que hace meses decidimos sorprender a Alice, con la venida no anunciada de su hermano a la isla, Sam.
Fue pulentísimo, totalmente emocionante y arrebatador. Pasé a buscar a Sam y Clem (polola de Sam) a La Roche y los llevé a casa para organizar la sorpresa. Sin embargo, Alice ya estaba en casa, había vuelto temprano de trabajar. Bueno, nos estacionamos pasado la casa y acordamos que los iba a dejar entrar subrepticia y sigilosamente a la casa por la puerta trasera.
Llegué a casa y le dije a Alice que le tenía una sorpresa pero que debía taparle los ojos con una velo. Bien, aceptó y dejé entrar a Sam y Clem a la casa y los senté en la mesa, al frente de Alice. No hicieron en menor sonido, por lo tanto la sorpresa fue total cuando le quité el velo de los ojos a Alice. Los hermanos rompieron a llorar y fue una sensación increíble ver esa felicidad sorprendida, un evento que no terminas por creer que ocurre, los abrazos y las sonadas de mocos. Definitivamente, valió la pena las mentirillas de 3 meses para hacerle ese regalito a Alice.
Están súper contentos en la isla, y espero que estén nadando en cálidas aguas mientras acá en AK soplan vientos fríos invernales. Un beso a mi pierna, a Sam y a Clem. Disfruten.
Bien, me pondré a trabajar. Estaré llamando pronto a casa, a Mamá y Papá.
Como no traje mi cámara en esta ocasión, no habrán fotos de AK en esta ocasión. En todo caso, las hay de Julio acá abajo, donde se ven otras maravillas escondidas de la isla de Maré.
Quirópteros pulentos en cavernas de Necé.
Busque su murciélago. En las cavernas de Necé.
Osamentas humanas en las cavernas. ¿Cena de otros o muertes naturales?
Su panal de abeja Kanak
Honguitos raros.
La huachita rica Alice. Se te echa de menos, snif snif
Vecinos: un cangrejo de mar y un cangrejo de cocoP.S.: La película BATMAN THE DARK KNIGHT, es buenísima, vayan a verla. La actuación del póstumo Ledger, en el papel de Joker, le da mil patadas a Jack Nicholson, quizás porque en parte se basó en Nicholson, con notables mejoras por parte del actor. ¡Buenísima!
1 comentario:
Pusilanime! que lata que tuviste que partir justo cuando llego el hermano... vay a tener tiempo para verlos cuando vuelvas? o ya se van a haber ido de guelta?
Publicar un comentario